Guadalajara es la capital del estado de Jalisco y la segunda ciudad más grande de México. Es conocida por su rica cultura, su gastronomía, su arquitectura colonial, sus tradiciones como el mariachi y el tequila, así como por ser un importante centro económico e industrial en el país. A Guadalajara se le llama la Perla Tapatía debido a su belleza y encanto, así como a su importancia cultural y económica en la región de Jalisco y en México en general.
Pero lo que quizás no sepas es que Guadalajara tiene una historia muy singular y fascinante, ya que fue fundada cuatro veces en diferentes lugares antes de establecerse definitivamente en el valle de Atemajac, donde se encuentra hoy en día. ¿Quieres saber más sobre esta increíble historia? Sigue leyendo y descubre cómo nació y creció esta maravillosa ciudad.
La primera fundación: Nochistlán
La historia de la fundación de Guadalajara se remonta a la época de la conquista, cuando los españoles llegaron a México y comenzaron a poblar las diferentes regiones de la Nueva España. El conquistador Nuño de Guzmán, quien había participado en la conquista de Tenochtitlán junto con Hernán Cortés, se propuso explorar y colonizar el occidente del país, buscando riquezas y gloria.
En su expedición, Guzmán llegó al territorio de los caxcanes, una etnia indígena que habitaba la región de Zacatecas y Jalisco. Allí fundó la ciudad de Guadalajara el 5 de enero de 1532, en el paraje conocido como el Zapote, cerca de la actual ciudad de Nochistlán. El nombre de Guadalajara lo tomó en recuerdo de su ciudad natal en España, que a su vez provenía del árabe "Wādī al-Ħijārah", que significa "Valle de las Piedras".
La primera Guadalajara contó con 42 vecinos españoles, que se asentaron en el lugar con el objetivo de asegurar las conquistas de Guzmán y servir como centro de gobierno, comercio y evangelización. Sin embargo, la ciudad no duró mucho tiempo en este sitio, ya que pronto se enfrentó a la resistencia y el hostigamiento de los caxcanes, que se negaban a aceptar el dominio español.
La segunda fundación: Tonalá
Ante las dificultades que presentaba el primer asentamiento, los habitantes de Guadalajara decidieron mudar la ciudad a un lugar más seguro y favorable. Con la anuencia de Guzmán, el 19 de mayo de 1533, Juan de Oñate (hijo de Cristóbal de Oñate, el fundador original), Miguel de Ibarra y Sancho Ortiz, proyectaron trasladar la ciudad al valle de Atemajac, donde hoy se asienta la capital jalisciense.
Sin embargo, en el camino se encontraron con el pueblo de Tonalá, que les ofreció hospitalidad y les invitó a quedarse en su territorio. Los españoles aceptaron la oferta y fundaron la segunda Guadalajara el 8 de agosto de 1533, en el sitio donde hoy se ubica el centro histórico de Tonalá. Allí construyeron una iglesia, un convento, un hospital y un ayuntamiento, y establecieron buenas relaciones con los indígenas.
La segunda Guadalajara también tuvo una corta existencia, ya que dos años después, el 28 de septiembre de 1535, fue atacada por los aborígenes que habían participado en la guerra del Mixtón, una rebelión indígena contra los españoles que se extendió por varias regiones de Jalisco y Zacatecas. Los habitantes de Guadalajara lograron repeler el ataque, pero se dieron cuenta de que el lugar no era seguro y que debían buscar otro sitio para establecerse.
La tercera fundación: Tetlán
Los españoles pensaron entonces trasladar la ciudad al valle de Atemajac, por donde corría el río San Juan de Dios y que era un sitio más seguro y fértil para ser defendido de cualquier ataque de los naturales. Unos se trasladaron de Tlacotán a Tonalá y otros a Tetlán, donde el 9 de octubre de 1541 se pregonó el padrón de los nuevos vecinos.
En Tetlán, la tercera Guadalajara contó con 63 familias españolas, que se asentaron en el lugar con la esperanza de encontrar la estabilidad y el progreso que buscaban. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que el lugar no era el más adecuado para la ciudad, ya que el terreno era pantanoso, el clima era insalubre y el río era propenso a las inundaciones.
La cuarta y definitiva fundación: Atemajac
Finalmente, el 14 de febrero de 1542 se fundó la cuarta y definitiva Guadalajara en el valle de Atemajac, donde se encuentra actualmente. El fundador fue Cristóbal de Oñate, quien había sido comisionado por Nuño de Guzmán para fundar la primera Guadalajara, pero que no había podido hacerlo por estar ausente en una expedición. Oñate llegó al valle de Atemajac con las 63 familias españolas que habían estado en Tetlán, y con el apoyo de los indígenas que habitaban la zona, como los cocas, los tecuexes y los tonaltecas.
En Atemajac, la nueva Guadalajara se instaló en el sitio donde hoy se ubica el centro histórico de la ciudad, en torno a la plaza de Armas. Allí se construyeron los principales edificios públicos y religiosos, como la catedral, el palacio de gobierno, el cabildo, el convento de Santo Domingo, el hospital de San Miguel y la universidad. Además, en agosto de 1542 llegaron a su destino las reales cédulas expedidas por el emperador Carlos I de España, en noviembre de 1539, en las cuales concedía a Guadalajara el título de ciudad y escudo de armas. Ese mismo mes se pregonaron ambas cédulas en la plaza mayor de la novel y definitiva Guadalajara.
Desde entonces, Guadalajara comenzó a crecer y a consolidarse como una ciudad importante en la región occidental de México, sirviendo como un centro de gobierno, comercio, cultura y evangelización. A lo largo de su historia, Guadalajara ha sido testigo y protagonista de diversos acontecimientos históricos, como la guerra de independencia, la reforma, la revolución, el desarrollo industrial, el movimiento estudiantil, los juegos panamericanos de 2011, entre otros. Asimismo, Guadalajara ha sido cuna y hogar de ilustres personajes de la historia, la cultura, la ciencia, el arte, el deporte y el espectáculo de México, como José Clemente Orozco, Juan Rulfo, José Guadalupe Zuno, Enrique Díaz de León, Rita Pérez de Moreno, Luis Barragán, Guillermo del Toro, Alejandro Fernández, Javier Hernández, Lorena Ochoa, entre muchos otros.
Hoy en día, Guadalajara es una ciudad moderna, dinámica, diversa y cosmopolita, que conserva su esencia histórica y cultural, y que se proyecta como una de las ciudades más importantes y atractivas de México y del mundo. Visitar Guadalajara es una experiencia única e inolvidable.
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